¿50 Sombras Liberadas?
O las paradojas de la liberación femenina
«Es muy común que las mujeres piensen que soportar el maltrato y la crueldad y luego perdonar y olvidar es una muestra de compromiso y amor. Pero cuando amamos bien sabemos que la única respuesta sana y amorosa al abuso es alejarnos de quien nos hace daño».
Hasta hace pocas semanas no tenía mayor noción sobre el fenómeno de 50 Sombras de Grey. Sí, sabía que se trataba de un libro erótico "para mujeres" que había generado gran fanatismo alrededor del mundo, pero no me había generado mayor interés leerlo, así que tampoco sabía exactamente de qué trataba la historia.
Dije hasta hace pocas semanas, que fue cuando dos de mis mejores amigas me dijeron para ir a ver la película. En ese momento pensé "¿por qué no?". Ellas sabían que yo no había leído los libros, así que me advirtieron que era una trama súper básica, que no le buscara ninguna profundidad a la historia porque no la tenía y que solo era entretenimiento para un rato.
Aún así, busqué averiguar de qué iba y por qué tanta gente andaba como loca alrededor de esta "trilogía". Tal vez sea mi espíritu crítico y poco condescendiente, pero no estoy dispuesta a gastar 20 soles y a invertir dos horas de mi tiempo si no creo que vale la pena.
Y después de buscar el argumento, leer muchos artículos de diversas plataformas y leer lo que comentan muchas fanáticas, solo me queda preguntarme:
"¿Por qué una historia que trata sobre una muchacha sumisa, inexperta, insegura y con poca autoestima que se deja manipular por un egocéntrico, egoísta y violento - pero guapo y millonario - hombre que la somete física y psicológicamente ha generado tal fanatismo alrededor del mundo?"
Sí, seguro que la mayoría de mujeres que leyeron los libros no lo han visto de esa forma... pero lo que sí resulta bastante obvio es que esta es la típica historia de telenovela mexicana, aderezada con soft porn: Es la historia de la chica ingenua y buena que se enamora del guapo, millonario pero ególatra chico malo que la hace sufrir durante toda la novela, pero que poco a poco se va enamorando de ella; hasta que finalmente su amor puro y sincero lo transforma en un mejor hombre que está dispuesto a amarla por siempre jamás. Y entonces se casan y son felices por siempre. La única diferencia es que en medio de todo hay muchas, muchas escenas de sexo duro y salvaje.
Esperen... pero en ese sexo duro y salvaje ella no es la empoderada ni es la que toma las riendas de la situación. Ni siquiera toma decisiones. NO! Es la sometida, la inexperta, la que necesita que le enseñen.
¿En serio? ¿Eso es excitante para tantas mujeres? ¿Por qué?
Hasta donde sé, los libros se han vendido como una historia de sexo BDSM. Pero en el BDSM ambas partes se encuentran en igualdad de condiciones, en un entorno de consenso y libre voluntad. Y aquí evidentemente eso no ocurre.
Creo que las historias sobre princesas que nos han leído de niñas tienen efectos a largo plazo más preocupantes de lo que parecen.
Averiguar sobre 50 Sombras de Grey me ha hecho pensar en términos más generales sobre lo que el sistema y el mercado les vende a las mujeres. Y venden porque hay millones dispuestas a comprar. Y hay millones dispuestas a comprar porque así han sido formadas desde niñas. Se nos ha vendido la idea de que las mujeres somos delicadas, sensibles, románticas por naturaleza, complicadas, soñadoras y que ante todo buscamos el amor.
Por supuesto que existen diferencias fundamentales entre hombre y mujeres que van más allá de las cuestiones biológicas. Emocional y psicológicamente somos diferentes, no hay duda y las hormonas son directas responsables de ello. Pero la manera en que nos comportamos como conjunto no está definida únicamente por nuestras hormonas. Son prácticas adquiridas, socialmente aprendidas.
¿Por qué todas las niñas quieren ser princesas? ¿Por qué el corner de ropa o juguetes para niñas de cualquier tienda por departamentos es desesperantemente rosado?
Hace menos de 100 años la mujer no tenía derecho al voto, ni a una profesión, ni a independencia. A veces creo que la mayoría de mujeres occidentales no son conscientes de lo que ha tomado conseguir derechos fundamentales de los que ahora gozan sin percatarse. A pesar de estas libertades ganadas a pulso y esfuerzo, muchas mujeres, ahora profesionales, independientes, capaces, fuertes, que ocupan en algunos casos altos puestos gerenciales; siguen consumiendo ávidamente miles de productos que encasillan a las mujeres en los mismos roles de señoritas delicadas, frágiles, románticas, que están a la espera de su príncipe azul.
Veo con decepción la forma en que se producen contenidos "para mujeres", altamente estereotipados y que difunden y masifican ideas pre-concebidas de cómo piensan y actúan las mujeres en general, a qué deben aspirar y cómo deberían comportarse (como si todas fuéramos iguales). Páginas como UPSOCL Mujer, tienen títulos como "12 cualidades especiales que te harán ser la mujer de sus sueños" o "21 gestos románticos poco frecuentes que harían que cualquier chica se derritiera". Sin ir muy lejos Viu de El Comercio, ha tenido títulos similares y la página de RPP sacó una "memorable" lista de 10 cosas que las mujeres ya no deben hacer a los 30. En ese caso, fueron tantas las críticas que recibieron que lo sacaron.
En el caso de 50 Sombras, el libro supuestamente ha roto esquemas por tratar el tema sexual abiertamente... bueno, no es el primer libro que hace eso, en realidad hay libros mucho mejores y hasta más polémicos, pero parece que miles de mujeres en el mundo descubrieron la literatura erótica con 50 Sombras. Y nuevamente, se trata de una visión que privilegia y afianza el esquema del príncipe azul (sado, millonario y guapo, qué más).
No quiero juzgar a las mujeres románticas, a las soñadoras o a las que tienen un auto rosado. No. Tampoco juzgar a aquellas que han leído 50 Sombras y se han entretenido, sin buscarle mayor sentido a aquella trama o sin cuestionar lo que leían, pues eso no las hace menos inteligentes ni capaces.
Pero sí me parece importante hacer notar que aún cuando dicha novela parezca no tener ningún tipo de profundidad, sí la tiene. El problema es justamente, el mensaje detrás de la historia, aquello que no está escrito explícitamente.
«En el amor seguimos siendo muy idealistas. Somos supermodernas, con todos los elementos de la modernidad -pensamiento crítico, principio de realidad, análisis concreto-, pero en el amor nos perdemos, y seguimos queriendo amar y que nos amen según los mitos tradicionales, universales y eternos que han alimentado nuestras fantasías».
(Marcela Lagarde)