¿Cuánto sabes de tu religión?
Una razón más (de peso) para que las decisiones de Estado no se mezclen con la religión
En los últimos meses dos diferentes proyectos de ley que se han debatido en el Congreso han tenido un denominador común: la presencia del aspecto religioso en la discusión, aún cuando se supone que somos un "Estado Laico".
Evidentemente hablo primero del rechazado proyecto de la Unión Civil y ahora del proyecto para despenalizar el aborto por violación. La gran mayoría de opositores a ambos proyectos esgrimen argumentos apoyados principalmente en creencias religiosas, dogmas y argumentos muy poco científicos o fácilmente rebatibles desde la ciencia médica, la psicología, la biología, la genética, la ética, entre otras.
Sin embargo cuando se usan estos argumentos lo usual es que se nieguen a escuchar y terminan cerrándose en que esa es "SU OPINIÓN Y SUS CREENCIAS" y que por tanto debemos respetarlas.
No haré aquí una lista de las razones médicas, psicológicas o biológicas por las cuales apoyo ambas iniciativas (mucho se ha escrito también al respecto). En cambio pretendo esgrimir algunos sencillos argumentos generales desde la historia, la antropología y la arqueología para fundamentar por qué no debería la religión ser un factor que siquiera se mencione en estos casos.
Este es un ejercicio de reflexión para quien esté dispuesto a leerlo. Sé perfectamente que mi argumentación no cambiará la opinión de ningún creyente fanático y soy consciente que abrir la mentalidad de una persona fuertemente religiosa puede ser una tarea ardua y tal vez imposible, pero igual quise hacer este pequeño esfuerzo:
"Como archivo del pasado, la historia se nos ha relatado casi en su totalidad en términos de los acontecimientos que componen su superficie; en cierto sentido, ésa es su parte menos relevante. La historia se desarrolla en dos niveles, uno manifiesto y otro profundo. Este último, irrefrenable pero no del todo explícito, exige que le dejemos manifestarse..."
Absolutamente todas las sociedades en la historia de la humanidad han tenido la necesidad de explicar el mundo que los rodea, de explicarse a sí mismos, de creer en un poder superior qué les proporcione respuestas a aquello que no pueden comprender. No existe grupo cultural, por pequeño que haya sido, que no haya tenido un conjunto de símbolos, creencias y ritos alrededor de los mismos. ¿Por qué entonces tanta gente cree firmemente que existe una única religión verdadera? ¿Un único dios? ¿Por qué pensar que los otros son siempre los equivocados?
Todas las religiones del mundo se basan en preceptos similares, con diferencias dentro de sus contextos de desarrollo, pero con un trasfondo común. Existen similitudes y paralelismos asombrosos entre culturas aparentemente inconexas. Finalmente todos somos humanos (eso que Jung llamó "el inconsciente colectivo").
Todas las instituciones religiosas creen poseer verdades absolutas y en todas se delinean los comportamientos que debe tener el individuo con el fin de lograr un control sobre un grupo social determinado. Su origen está fuertemente ligado a periodos sociales e históricos turbulentos y/o de crecimiento de una civilización y la religión ha sido siempre el mejor método de control ejercido sobre la sociedad, junto con la guerra y el control de la producción.
Quiero ilustrar esta idea con algunos ejemplos de la historia de la religión católica:
La religión católica se origina en un periodo particularmente turbulento y las bases teológicas de su fe fueron tan variadas y diversas que recién hacia el año 313 d.C, que se celebra el primer Concilio de Nicea, se definen asuntos capitales para la doctrina católica, como la naturaleza divina de Jesús o la doctrina trinitaria de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Antes de este concilio había muchas interpretaciones y la Institución Eclesiástica no tenía una posición al respecto. Por tanto, las verdades que ahora se asumen como naturales en el catolicismo fueron producto de una discusión entre notables que decidieron que cosa era más adecuada para unificar la doctrina.
Asimismo, fue en este Concilio que se determinó qué libros o evangelios debían pertenecer a la Biblia y cuales no. En los primeros siglos de la era cristiana muchos y diversos autores escribieron diversos evangelios que aunque tenían aspectos en común, podían diferir en gran medida de la doctrina que se estaba definiendo en aquél momento. Por ello solo algunos fueron considerados "legítimos" desde aquél entonces, porque guardaban concordancia con lo anteriormente expuesto. Es decir, nuevamente fueron hombres notables, pero hombres al fin y al cabo, quienes decidieron qué documentos debían ser incluidos en el libro sagrado y cuales debían ser descontinuados, por no ser "adecuados" para la fe de los creyentes.
De otra parte pero igualmente importante es tener presente que la religión católica deviene directamente de la religión judía, por lo que conserva la mayoría de sus preceptos y a la vez es heredera de múltiples prácticas que se originan en diversas culturas y creencias anteriores. Solo por citar un par de ejemplos: la imagen de la Virgen María cargando al niño es una derivación directa de la imagen de la diosa Isis cargando a su hijo Horus, imagen de origen muy anterior. En la misma línea, festejamos una Navidad repleta de los símbolos de las fiestas del solsticio de invierno germanas.
Ya más adelante en la historia, podríamos hablar de las Cruzadas, de la Inquisición, de la posición dogmática de la Iglesia en temas de capital importancia para la humanidad ahora absolutamente indiscutibles pero en su momento absolutamente negados y estigmatizados por la iglesia, como las teorías de Copérnico, Galileo Galilei o Charles Darwin.
O mucho más recientemente, de la injerencia de la Iglesia Católica en el devenir de la Guerra Civil Española y su participación con Franco en la misma.
Podría continuar o podría explayarme detenidamente en uno solo de estos puntos, pero esta columna ya es suficientemente larga. Creo que la idea está clara. Todo lo anterior ha sido explicado por cuantiosos investigadores, quienes han escrito cientos de tesis, ensayos, estudios, etc. al respecto. Pero como casi todos los estudios científicos, estos suelen quedar en círculos pequeños de académicos y no son transmitidos al "público en general", quienes desconocen en su mayoría estos temas.
Lo relevante aquí es que lo anterior relata lo humana que es la religión y más particularmente la Institución religiosa. El escudarse en sus principios doctrinales para fundamentar una opinión cualquiera se halla revestida de profundas contradicciones normalmente poco atendidas o conocidas por sus creyentes.
Si bien esta columna se centra principalmente en la religión católica, la misma idea es aplicable a todas las demás religiones (presentes o pretéritas) pero es particularmente relevante en el caso de las religiones monoteístas (judíos, católicos, musulmanes y todas las pequeñas iglesias que han surgido como satélites alrededor de la católica).
Nada de lo anterior implica la negación de la existencia de un ser supremo o un Dios, lo cual escapa a la discusión propuesta aquí. Su existencia puede ser o no ser cierta, aunque no pueda ser probada. Esto último es una cuestión netamente de fe. Lo que sí es innegable es el hecho que las construcciones ideológicas alrededor de la religión son un producto social de creación humana y sobre todo que las instituciones religiosas son poderosos elementos alrededor de las cuales se congrega a un grupo humano con muy diversos fines, donde normalmente el control político y social suele ser un común denominador en todas las etapas de la historia.